Las malezas difíciles subieron costos para su control a niveles previos a la soja RR

La tolerancia o resistencia que alcanzaron el yuyo colorado o la rama negra subió el costo de 1,7 quintales a más de 4 qq, de acuerdo a un estudio del Inta 9 de Julio.

9 DE JULIO, Buenos Aires (NAP). Quienes transitan por las rutas y caminos rurales de la región pampeana observarán lotes de soja con plantas que la sobrepasan. En la mayoría de los casos, son de rama negra y yuyo colorado. Su presencia es el emergente de un problema mayor que tiene la producción agropecuaria: el creciente número de malezas con resistencia y/o tolerancia al glifosato y también a otros herbicidas.

En el fondo subyace la pérdida en pocos años de una tecnología de punta como es la del RR. El problema es complejo, con raíces en el tiempo y se está proyectando hacia el futuro, en un contexto nacional e internacional con demanda creciente de una producción más amigable con el ambiente.

A principio de los años noventa, comienzan los primeros registros de resistencia. El primero fue a los inhibidores de ALS en yuyo colorado. Con la soja RR y con un glifosato de relativo costo bajo, fácil uso y amplio espectro, el control de malezas estuvo prácticamente supeditado a su empleo. A partir de allí, comienza un período de monocultura sojera, caracterizado por:

-Predominio en el control de malezas de un principio activo (glifosato), sin rotación de principios activos y modalidades de acción.

-Falta de rotaciones que corten el ciclo de las malezas.

-Control de malezas rutinario, basado más en recetas que en monitoreo y control de acuerdo a cada circunstancia.

-Agricultura tercerizada, con alquileres de corta duración.

Este modelo, con diferentes variables intervinientes, dio origen a un creciente número de especies tolerantes y resistentes al glifosato y a otras drogas. La situación actual, sin nuevos principios activos y con un horizonte de corto y mediano plazo oscuro en este sentido, derivó en: necesidad de usar un mayor número de herbicidas, incrementando los costos; el retorno de principios activos que se habían dejados de usar; productores que complementan el control de malezas con labranzas; la vuelta de sojas no RR, etc.

Estudio

Un trabajo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de 9 de Julio (Buenos Aires) para su área de influencia, muestra la evolución en tres momentos del costo del control de malezas en esta oleaginosa a valores constantes.

-En 1995, previo a la aparición de la genética RR, el costo (labores y fitosanitarios) demandaba 5.9 quintales/ha de soja.

-Con uso pleno de la soja resistente al glifosato (promedio 1998-2008), 1.7 quintales/ha

-En 2018, con pleno problema de malezas, el mismo vuelve a subir, siendo de 4 quintales/ha de soja.

El problema trasciende esta zona y se proyecta a nivel nacional, lo cual debería ser un llamado de atención para los involucrados en la producción agropecuaria.

El modelo de agricultura cuasi rutinaria, con recetas prestablecidas, ha conducido a la pérdida en pocos años de tecnologías de última generación como en su momento resultó ser la soja RR.

No sólo se ha perdido en gran parte la eficacia de este producto de la biotecnología referido al control de malezas, sino también hay evidencias comprobadas de algo similar con la tecnología Bt en maíz, con la pérdida de rendimiento por lepidópteros y la probable necesidad de volver a tener que usar insecticidas.

Es imperioso volver a la agronomía

El control de malezas debe ser un manejo integral, en base a cada circunstancia y no aplicar recetas preestablecidas.

Es necesario el empleo de prácticas como los cultivos de cobertura, las rotaciones con especies de crecimiento invernal, los monitoreos responsables, rotación de principios activos y de mecanismos de acción, controles oportunos, limpieza de maquinarias, etc.

De seguir como en la actualidad, perderemos las tecnologías de punta con mucha rapidez, necesitando cada vez más insumos para seguir produciendo. Lo que lleva a una mayor presión sobre el sistema, a fin de lograr mayores rendimientos que nos permitan licuar los costos de producción cada vez más elevados. (Noticias AgroPecuarias)

Por Héctor Carta y Lisandro Torrens Baudrix, de la Agencia de Extensión Rural del Inta 9 de Julio
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